Ubicado en pleno corazón de Barcelona, el despacho de abogados Garanley cuenta con un equipo de profesionales multidisciplinares expertos en varias áreas del derecho. Eso es lo que prometen y lo que cumplen, ya que he necesitado de los servicios de un buen abogado para afrontar un litigio derivado de los problemas con el alcohol.
Os avanzo desde ya que el trato ha sido inmejorable y no solo estoy muy contenta de haber dado con un bufete que me ayudase a lograr los resultados esperados, sino que también me ha ayudado en todo momento con la gestión de todas las circunstancias que han rodeado el caso.
Mi experiencia con el bufete de abogados Garanley
De la noche a la mañana me vi en un litigio y casi no me había dado cuenta de lo que había pasado, pero cuando digerí que me había visto involucrada en una agresión motivada por el consumo abusivo de alcohol empecé a sopesar todas mis opciones. No sabía qué había pasado exactamente, pero no empecé a procesar todo lo que estaba ocurriendo hasta casi llegado el juicio.
Y es que, tal y como me comentaron desde el propio despacho, en los casos de alcoholismo el procedimiento estándar es el juicio rápido, al que hay que ir obligatoriamente asistido por un abogado. Antes de la celebración del juicio empecé a buscar abogados expertos en casos de alcoholemia, pero ninguno me acabó ofreciendo la seguridad que sí percibí en el equipo de Garanley.
Ellos me asesoraron en todo momento, me explicaron desde el minuto uno la estrategia a seguir, cómo se abordaban estos casos, cuáles eran mis opciones y qué opción me convenía más. Lo cierto es que, echando la vista atrás y recordando cómo se desarrollaron las cosas, tengo que decir que el equipo de Garanley solo se preocupó de mirar por mis intereses, y además no dejaban de informarme sobre cómo avanzaba el caso. Un lujo.
Lo que más me convenció del equipo de Garanley era la seguridad que transmitían en cada dato que me daban. Se notaba la experiencia que había detrás, en mi vida había visto unos abogados con las cosas tan claras. Y lo mejor de todo es que el tiempo les ha dado la razón, lo que no hace más que animarme a recomendar sus servicios por su profesionalidad, su seriedad y su enorme experiencia.
De hecho, su capacidad de adaptación al caso me dejó muy sorprendida porque se produjo un revés durante el juicio y en cuestión de horas el equipo ya tenía preparada una nueva estrategia, ya que en mi caso la acusación de agresión en un contexto de consumo abusivo de alcohol era mutua y la cosa se empezó a complicar. Fue alucinante cómo, casi de la nada, Garanley ya tenía la solución. Acabé ganando el juicio y conseguí demostrar que se me acusaba falsamente de una agresión cuando yo había sido claramente la víctima de aquella historia.
Total adaptación y un trato muy humano y cercano
Otra de las cosas que me dejó boquiabierta de Garanley Abogados fue su enorme capacidad para cuadrar agendas. Por motivos de trabajo, a mí algunos días me resultaba prácticamente imposible sacar tiempo para pasarme por el bufete y tratar con ellos los avances del caso.
Se ofrecieron a pasarse por mi domicilio nada más terminase mi turno, y así fue. Con toda la profesionalidad del mundo, vinieron a mi casa para explicarme los avances y qué puertas se abrían ante nosotros. Lo agradecí muchísimo, porque esa noche me fui a dormir con una sensación de tranquilidad que no había tenido en las últimas semanas.
Estaba alucinada con la dedicación que estaban poniendo, cuando en otros despachos casi parecía que tenía que dar las gracias si me atendían con un mínimo de amabilidad. Todos ellos me trataron con una seriedad y una empatía increíbles, me quedé encantada con lo serviciales que demostraron ser desde que me pasé por su despacho para informarme hasta que se obtuvo la sentencia del juicio.
Otros días, sobre todo cuando estaba en el trabajo (lo tengo a casi 20 kilómetros de Barcelona capital) y me venía una pregunta a la mente, pude recurrir a ellos a través de Skype para comentarles algo que se me había pasado por alto. En cuestión de minutos tenía una cita concertada para ponerme en contacto con ellos por videoconferencia.
Sus instalaciones son 100% accesibles
Se da el caso que mi marido va en silla de ruedas a causa de una enfermedad degenerativa, y un día que yo tenía cita en el despacho él necesitaba salir a hacer unos recados, por lo que decidimos pasarnos por el despacho los dos juntos. Iba con la idea en mente de que me esperase a la salida o como mucho en el hall, y al llegar me quedo sorprendida al ver que su despacho está totalmente adaptado para personas con movilidad reducida.
Desde la propia calle hasta el mismo despacho, pudimos pasar los dos sin ninguna dificultad. No había reparado en ello hasta que nos vi a Pablo (mi marido) y a mí allí dentro. De hecho, íbamos porque quería tratar con ellos en persona el tema de los honorarios, ya que una de mis mayores preocupaciones era cuánto dinero me iba a costar. Ya se sabe que estas cosas no son baratas y el sablazo puede ser chiquito…
Pues parece que íbamos de oca en oca, porque cada cosa que trataba con ellos me dejaba más satisfecha. No me pusieron ninguna pega para pagar los honorarios a plazos, ya que no podía pagarlo todo de golpe ni podía hacerlo de inmediato. Estaba tan aturdida después de llevarme el susto que no pensé en el tema económico hasta casi el final. Ellos lo comprendieron perfectamente, y la verdad es que me lo pusieron muy fácil para pagarles poco a poco.
Estos detalles lo son todo, y ahora que lo recordamos, lo cierto es que la experiencia con ellos fue inmejorable: llevaron el asunto con una enorme delicadeza y una gran profesionalidad.
Además, rediseñaron rápidamente las estrategias de cara al juicio, estuvieron siempre atentos de informarme acerca de los avances del caso, me daban una explicación de por qué cada paso dado era el mejor para mí, siempre estaban disponibles para hacerme un hueco, para atenderme a distancia o para pasarse por casa cuando mejor me viniera, y encima no me presionaron para abonar los honorarios. Quedé encantada con ellos, y de volver a necesitar los servicios de un abogado, sé que recurriré a ellos de nuevo.