A continuación te contamos qué es y para qué sirve el informe ITE. Este informe de Inspección Técnica del Edificio cuenta con características concretas y funcionalidades específicas que debes conocer. Sigue leyendo para valorar todos los datos que debes tener en cuenta sobre el informe ITE, según los expertos.
Qué es el informe ITE y para qué sirve
El informe ITE o la Inspección Técnica del Edificio es un sistema de control establecido para los edificios de viviendas. Tiene carácter obligatorio y se utiliza para confirmar que los propietarios están cumpliendo con su deber de conservación y de rehabilitación del edificio. Del mismo modo, el informe ITE permite comprobar el nivel de seguridad de los inmuebles y de sus habitaciones.
Para realizarlo se hace una inspección visual por parte de técnicos especializados, que pueden ser ingenieros de edificación, aparejadores o arquitectos. Estos expertos son los encargados de realizar un informe técnico que será el que determinará el estado de los elementos comunes del edificio, así como las diferentes deficiencias que podrían provocar situaciones de riesgo para la seguridad de los habitantes del inmueble.
Como nos han explicado los profesionales de ARKespai, el ITE debe pasarse a partir de los cincuenta años de antigüedad de un edificio. A partir de aquí habrá que realizar esta inspección cada diez años, porque los estudios arquitectónicos han evidenciado que los edificios con este tipo de características pueden contar con elementos en mal estado, afectados y que pongan en riesgo la seguridad de los habitantes de esta edificación.
En 2003 entró en vigor la Ley de rehabilitación, regeneración y renovación urbanas. Esta Ley obliga a los propietarios de edificios con una antigüedad superior a los cincuenta años, residenciales o viviendas colectivas a hacer este informe técnico.
El ITE debe estar compuesto de una evaluación del estado de conservación del edificio, de una evaluación de las condiciones básicas de accesibilidad universal y no discriminación de las personas con discapacidad para el acceso al uso del edificio de acuerdo con la normativa vigente y debe establecer si el edificio resulta susceptible o no de hacer ajustes extra para poder satisfacerlas.
También debe incluir la certificación de la eficiencia energética del edificio, incluyendo el contenido y mediante los procedimientos establecidos para valorar dicha eficiencia según la normativa vigente en cada momento.
A la hora de realizar la Inspección Técnica del Edificio, el técnico realizará una primera inspección presencial y visual del edificio. En esta inspección buscará detectar los posibles daños que puedan afectar principalmente a la estructura y a la construcción en la fachada o en las azoteas, a la seguridad del edificio, a su estanqueidad, revisará también las redes generales de fontanería y de saneamiento y valorará la correcta accesibilidad del edificio.
Del mismo modo, cabe reseñar que en un principio los técnicos no tendrán que acceder al interior de las viviendas particulares, pero si estos profesionales detectan algún supuesto que pudiera determinar en gran medida la confección de los informes, como por ejemplo daños estructurales internos que pudieran afectar a la estabilidad del edificio, será obligatorio permitirles el acceso a las viviendas.
Este tipo de inspecciones pueden tener la duración de una semana, aunque esto siempre dependerá del tamaño del edificio y de las principales deficiencias detectadas.
De esta forma, cuando el profesional encargado de realizar la inspección técnica haya certificado que el edificio analizado se encuentra en buen estado y tiene las condiciones de seguridad básicas para que los habitantes y los que se encuentren alrededor de la edificación puedan habitar la zona sin problemas, esta inspección será aprobada. En este caso, será el mismo técnico el encargado de realizar los trámites y de entregar la documentación necesaria para que los organismos que se encargan de este tipo de inspecciones puedan presentar una resolución favorable del edificio en cuestión.
Por contra, si se encuentran deficiencias importantes o muy graves, la inspección resultará no favorable. En estos casos habrá que hacer un proyecto de reforma del edificio, teniendo en cuenta las especificaciones que indique el técnico pertinente. Si no se recibe la aprobación de la ITE es posible que se remitan consecuencias negativas al propietario de la comunidad de vecinos o del edificio, como por ejemplo multas, la denegación de hipotecas o la paralización de los procesos de compraventa previamente iniciados en los inmuebles.
Asimismo, si sucede este supuesto y alguno de los vecinos se niega a realizar las reformas pertinentes solicitadas por los técnicos en los plazos marcados, también se les podrían imputar multas y finalmente la Inspección Técnica del Edificio tendría que desarrollarse por mandamiento judicial. En estos casos los costes deberían asumirlos los propietarios.
En caso de tener que afrontar un proceso de ITE desfavorable habrá que solicitar la licencia de obras al ayuntamiento al que le corresponda la ubicación del edificio, habrá que esperar la orden de ejecución del ayuntamiento, que solicitar diferentes presupuestos a empresas de reformas y a constructoras especializadas en este tipo de rehabilitaciones, que establecer las condiciones de financiación de la rehabilitación para poder designar las derramas, sobre todo en el caso de que se trate de comunidades de vecinos, que pasar a ejecutar la rehabilitación de las obras indicadas previamente en el informe que haya realizado el técnico en los plazos establecidos, que contratar el certificado de idoneidad para poder justificar y verificar las diferentes reformas realizadas y que presentar el certificado de idoneidad en el ayuntamiento correspondiente.
El precio de la Inspección Técnica del Edificio dependerá en gran medida de los honorarios del técnico contratado, del tamaño del edificio a inspeccionar y del estado en que se encuentre.
En los edificios de viviendas plurifamiliares con dimensiones reducidas, con tres o cuatro vecinos, el precio de la ITE puede ser de alrededor de 500 euros, mientras que en los edificios con grandes dimensiones puede llegar a alcanzar los 4000 euros.